La DBT se basa en una perspectiva dialéctica, que implica la combinación de dos conceptos aparentemente opuestos: aceptación y cambio. Esta terapia se centra en ayudar a las personas a equilibrar la aceptación de sí mismas y de sus circunstancias actuales con el impulso de cambiar y mejorar.

La DBT se caracteriza por varios componentes principales:

1. Terapia individual: En sesiones individuales, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar objetivos de tratamiento y desarrollar estrategias específicas para lograrlos.

2. Terapia en grupo: Los pacientes participan en sesiones de terapia en grupo en las que aprenden habilidades para la regulación emocional, la tolerancia al malestar, la mejora en las relaciones interpersonales y la conciencia plena (mindfulness).

3. Consulta telefónica: Los pacientes tienen acceso a su terapeuta para consultas telefónicas entre sesiones para ayudarles a manejar situaciones de crisis.

4. Uso de diario: Se anima a los pacientes a llevar un diario para realizar un seguimiento de sus emociones, pensamientos y comportamientos.

5. Estrategias de resolución de conflictos: La DBT se centra en ayudar a las personas a desarrollar habilidades para lidiar con el conflicto y resolver problemas de manera efectiva.

En resumen, la Terapia Dialéctico-Conductual (DBT) es una forma de terapia que se enfoca en ayudar a las personas a aprender a regular sus emociones, mejorar sus relaciones interpersonales y desarrollar habilidades para afrontar el malestar emocional. Es especialmente útil para personas que luchan con la impulsividad, la autolesión, la ideación suicida y otros problemas emocionales y conductuales.

Terapia DBT